La jornada de puertas abiertas gratuita del Club Deportivo Fuerte Tribu muestra cómo el surf inclusivo en Fuerteventura une a niñas y niños con y sin discapacidad en un mismo espacio. Con metodología clara, material específico y equipo formado, convertimos la playa de Corralejo en un lugar seguro, accesible y cooperativo. El objetivo es simple: compartir el mar sin separar a nadie.
Nuestra siguiente jornada de puertas abiertas será el 4 de octubre en Corralejo. Sesión inclusiva de surf para niñas y niños con y sin discapacidad. Plazas limitadas. Inscríbete escuela municipal (6–16) o surf sin Barreras (+6).

Objetivos de la jornada
- Acercamos el surf adaptado a familias y centros educativos.
- Integrar grupos diversos en una misma sesión con seguridad.
- Explicamos apoyos, roles y rutinas de trabajo inclusivo.
- Invitamos a futuras clases y al voluntariado.
Una experiencia vale más que mil palabras
En la orilla, Luis (necesita apoyos para el equilibrio) y Sara (sin discapacidad) deciden llevar la tabla entre los dos. Llegan a la espuma y se miran antes de soltarse. Primera ola: caen y se ríen. Segunda: Luis se mantiene de rodillas. Tercera: se ponen de pie un momento y chocan las manos. No hay teoría, hay compañía.
Más tarde, Sara duda ante una ola un poco mayor. Luis levanta el pulgar y le recuerda la respiración. Entran. Ella se desliza y él la espera para el abrazo en la orilla. Dos aprendizajes cruzados: Luis gana confianza al apoyar; Sara aprende paciencia y escucha. Juntos descubren que el mar se disfruta mejor compartido.
No es teoría: es práctica compartida que baja nervios, sube confianza y crea equipo.
Cómo cuidamos la experiencia
- Espacios claros: bienvenida, material, agua, descanso.
- Tiempos por turnos: grupos pequeños y rotaciones ágiles.
- Lenguaje visual: pictogramas, panel de rutinas y recordatorios simples.
- Roles cooperativos: avisar la ola, sujetar la tabla, compañerismo.
- Progresión amable: orilla → espuma → deslizamientos cortos.

Material y accesibilidad en el surf inclusivo
Llegamos a la carpa, donde están listos los neoprenos por talla, las tablas blandas y la tabla de surf adaptada. Allí explicamos con un cartel simple el orden del día y asignamos turnos sin prisas. Si alguien lo necesita, llegamos a la playa con la silla anfibia y hacemos la transferencia cerca de la orilla con apoyo del equipo. En el agua, mezclamos a los peques en actividades conjuntas: llevar la tabla entre dos, avisar la ola y celebrar cada espuma. La señal de pulgar arriba es nuestro idioma común; así todas y todos entienden cuándo seguir o pausar. Todo está pensado para que el material facilite y la accesibilidad se note en lo fácil que participan juntas las personas.
El voluntariado
El voluntariado es parte del corazón de la sesión, no un extra. Llega formado en seguridad básica, apoyos visuales y trato respetuoso. Observa, anticipa y acompaña sin invadir. Sabe cuándo empujar la tabla y cuándo dejar espacio. Traduce instrucciones en gestos sencillos, cuida los tiempos de cada persona y mantiene el circuito fluido: orilla, espuma, salida, feedback breve y siguiente intento. Gracias a esa presencia atenta, bajan los tiempos de espera, se reducen riesgos y cada participante recibe la ayuda justa para avanzar. Resultado: sesiones más tranquilas, eficaces e inclusivas.

Resultados del surf inclusivo
Cuando mezclamos, ocurren cosas sencillas y potentes. Quien tiene dificultades para sociabilizar se suelta porque alguien ofrece una mano para llevar la tabla. Quien camina despacio encuentra el ritmo del grupo sin que nadie apure. Quien nunca habló en voz alta avisa “¡ola!” para su compañera. Y quien venía a “ayudar” descubre que también aprende.
Al cerrar la sesión, todas las miradas apuntan al mar con orgullo y gratitud. Valoramos la suerte de estar aquí juntos, de compartir una ola bien hecha y una risa en la orilla. No hay favores ni etiquetas. Hay equipo. Y ganas de volver.
Todo este programa es gracias a nuestros colaboradores:
